Los colores de la naturaleza: albinismo, leucismo y otras variaciones genéticas
12 septiembre, 2017Por Monika Buczak
Al caminar por los senderos de la Reserva Bajo del Tigre, en el corazón de Monteverde, puedes observar los colores brillantes de las mariposas que vuelan a tu alrededor. De negro y amarillo, hasta blanco y anaranjado. Pero quizás la más impresionante es la morpho azul. Con alas azules brillantes, mide hasta 20 centímetros: ¡es una de las mariposas más grandes del mundo!
Como la morpho pasa volando, te das cuenta de que sus alas son de azules brillantes y metálicas. ¡Pero en realidad no son azules! Sino que sus alas tienen escamas microscópicas en la parte superior que reflejan la luz azul.
La parte inferior de las alas de la morpho cuenta una historia diferente. Su color café oscuro, ayuda a la mariposa a camuflarse cuando tiene las alas dobladas. Este lado del ala también presenta grandes manchas oculares para asustar a los depredadores, en caso de que el camuflaje no funcione.
Las mariposas morpho se pueden encontrar en todas las capas del bosque. Pueden volar alto en el dosel en busca de una pareja, pero también pasan mucho tiempo cerca del suelo del bosque en busca de comida. Como orugas, las mariposas morpho comen hojas, y luego cambian sus dietas como adultos. Las morphos adultas, como todas las mariposas, beben su comida usando su larga probóscide (parte de la boca) como una paja. Consumen el jugo de frutas podridas, de animales en estado de descomposición, la savia de los árboles, los hongos y hasta el barro húmedo y rico en nutrientes. Usan sensores en sus piernas para probar la fruta y sus antenas para saborear y oler el aire a su alrededor.
Las morphos azules se pueden encontrar desde México a través de América Central y hasta Sudamérica, incluyendo Colombia y Venezuela. ¡Estas hermosas criaturas son una sorprendente y favorita especie del bosque lluvioso!
Monika Buczak es estudiante de la Universidad Lehigh y completó una pasantía con la Asociación Conservacionista de Monteverde (ACM) y el Bosque Eterno de los Niños (BEN) en el 2016. Editado por Lindsay Stallcup, Directora Ejecutiva de la ACM, la organización costarricense sin fines de lucro que administra el BEN y la Estación San Gerardo. Foto por Mark Wainwright.