La pequeña pero impresionante guatusa
14 julio, 2017Un arco iris en el bosque
10 agosto, 2017Por Monika Buczak (Traducción por Rafael Vargas M.)
Sterling Evans le llamó a Costa Rica “La República Verde” en su libro de la historia de la conservación costarricense. Alrededor de 25% de la cobertura costarricense se encuentra bajo protección ya sea por parques nacionales o por reservas privadas como el Bosque Eterno de los Niños. Este país tuvo la habilidad de “atraer a varios científicos de nacionalidades distintas y lograr crear un ambiente que invita a científicos locales a estudiar y tratar de entender la increíble biodiversidad de este país”.
Ahora como un gran destino para el ecoturismo, Costa Rica es conocido por su increíble biodiversidad. Cubre solo un 0.03% de la superficie del planeta, pero contiene un 5% de las especies de todo el planeta Tierra! Gracias a científicos internacionales al igual que domésticos, se ha logrado reconocer la rica historia natural e importancia biológica de este país. Las primeras ideas sobre la conservación en Costa Rica fueron durante los años 1770 y 1830, pero no hubo soporte significativo sino hasta el siglo 19. Al igual que el resto del mundo, las políticas de conservación más fuertes y más globales no comenzaron sino hasta mediados del siglo 20.
Históricamente, Costa Rica fue ignorado por los gobiernos coloniales dado su terreno difícil y particular. Los indígenas de Costa Rica quemaban pequeños parches de bosque para poder crecer sus cultivos y sustentar sus familias. Para cuando Costa Rica obtuvo su independencia de España en 1821, el país era uno de los menos desarrollados y de los más pobres de las provincias unidas de Centroamérica. Después de haberse separado de las provincias unidas, la población de Costa Rica era muy pequeña para mantener una red de buena educación. Lo cual en torno crea una falta de profesionalismo científico, médico y educativo. Los primeros hospitales, universidades y librerías no aparecen sino hasta mediados de los 1800.
La fascinación por el oro y la plata se mantuvo en Centroamérica y los científicos europeos se enfocaron más en países como México, Perú y otros más geológicamente ricos. Durante esta época no hubo mucha deforestación. Los pocos europeos que llegaron a Costa Rica durante este tiempo, consideraron la agricultura local como inferior, y empezaron a deforestar más tierra. Este impacto fue muy significante comparado con los cambios hechos en lugares con mayor población y menos aisladas dentro de las Américas.
Interés en Costa Rica fue cambiado rápidamente por dos razones. La primera fue la posibilidad de crear un canal conectando dos océanos en Centro- o Suramérica, idea muy popular, con Nicaragua, Costa Rica y Panamá siendo muy buenos candidatos por su geografía. La segunda razón fue el descubrimiento de lo que luego le daría a Costa Rica mucha fama, el café.
El café crece increíblemente bien en ciertas partes del país, y como resultado, las montañas de costa rica fueron taladas para las plantaciones de este mismo. Propietarios de fincas y exportadores a grande escala se convirtieron en partes importantes de la economía costarricense. Nuevos ferrocarriles abrieron el terreno que solía ser difícil de recorrer, y el interés internacional fue creciendo. Empresarios europeos quienes rápidamente llegaron, trajeron con sigo mejor educación, artes finas, y comunicación. Naturalistas europeos se encontraron fascinados con el pequeño país, y empezaron a estudiarlo y eventualmente se quedaron en Costa Rica. Los naturalistas Alemanes Moritz Wagner y Karl Scherzer escribieron acerca de Costa Rica “Die Republik Costa Rica” lo cual jugó un importante papel en la atracción de más naturalistas y condujo a un gran periodo de investigación y publicaciones acerca del país.
Costa Rica exportó su primer café en 1820. En 1845, Costa Rica comenzó a exportar café a Gran Bretaña y por 40 años, el café fue prácticamente el único comercio del país. A finales del siglo XVI la industria bananera empezó a tomar fuerza. A diferencia del café el banano requiere de amplios parches de terreno, infraestructura y de labor intensivo. Esto desanimó a los productores a baja escala y grandes compañías como la United Fruit Company empezaron a establecerse en el país. Esta nueva industria tuvo un efecto dominó. Más bosques fueron talados para darle paso a los monocultivos, más trabajadores fueron contratados y por ende más bosques fueron talados para darle campo a las viviendas de los trabajadores. Aproximadamente un 20% de la tala anual fue dada por las plantaciones de banano.
El café y el banano dominaron la economía costarricense hasta la llegada de la industria ganadera en los años 1960 y 1970. El ganado Cebú fue introducido desde Asia, y se encontró perfectamente adaptado al clima tropical de Costa Rica. Este descubrimiento, conjunto a la expansión del mercado estadounidense para los restaurantes de comidas rápidas, le dio el surgimiento a Costa Rica en la industria ganadera, haciéndolo en el productor de carne más grande de Centroamérica de la época. Mantuvo este título hasta el año 1986, produciendo un total de 89 millones de toneladas de carne vacuna, de la cual alrededor de 36 millones fueron exportados y de estos un 96% terminaría en los Estados Unidos. Esto queriendo decir que Costa Rica le proporcionaba un 9.8% del total anual del consumo estadounidense. Esta industria provocó una gran dependencia de los Estados Unidos al igual que una deforestación sistemática para darle campo a los pastizales
Todo este desarrollo dio que para el año 1980, un tercio del país fuese talado y cubierto con pastizales, y el país perdía un 4% de sus bosques cada año, Esta pérdida fue más rápida que ningún otro país del occidente, incluyendo el famoso Amazonas. Entre 1940 y 1987 Costa Rica perdió la mitad de sus bosques.
Gracias a que la conservación y el ambientalismo ganó momento en los años 90, una gran parte de Costa Rica está bajo protección, y para ahora alrededor de un 52% del país es cubierto por bosque (comparado con un 21% en 1987). Reservas como el Bosque Eterno de los Niños a menudo incluyen tierras que hace pocas décadas eran usadas para la agricultura y ahora han sido regeneradas. La mayor parte de la economía costarricense es ahora soportada por el turismo que atraen estas reservas, y de las exportaciones agrícolas.
Comprar, proteger y plantar estos bosques es el primer paso. Uno de las tareas más grandes de hoy en día, no es la adquisición de tierras, sino conseguir los fondos suficientes para mantener los proyectos de protección y conservación de los áreas protegidas de Costa Rica. Usted puede ayudar a proteger la reserva privada más grande de Costa Rica, el Bosque Eterno de los Niños, con su visita o donación.
Monika Buczak es estudiante en la Universidad Lehigh, y completó una pasantía con la Asociación Conservacionista de Monteverde y Bosque Eterno de los Niños en el 2016. Traducción por Rafael Vargas Mata. Edición por Lindsay Stallcup, Directora Ejecutiva de la ACM.