Historia

El Bosque Eterno de los Niños (BEN) pertenece a la Asociación Conservacionista de Monteverde (ACM), una organización de conservación costarricense sin fines de lucro, cuya misión es "conservar, preservar y rehabilitar los ecosistemas tropicales y su biodiversidad".

 

A lo largo de su historia, la ACM ha promovido la conservación a través de la compra de tierras, educación ambiental, reforestación y restauración de tierras degradadas, el desarrollo sostenible, el ecoturismo y la investigación científica.

Nace la Asociación Conservacionista de Monteverde

A mediados de los años 1980, el desarrollo agrícola en la zona de Monteverde amenazaba gran parte del bosque restante de la vertiente Pacífica. Un grupo de residentes de la comunidad identificaron esta amenaza y fundaron la Asociación Conservacionista de Monteverde (ACM) a inicios del 1986 para promover la conservación en la zona. El enfoque de la nueva asociación cambió rápidamente para incluir la vertiente atlántica de la Cordillera de Tilarán debido a una crisis de deforestación que amenazaba el Valle de Peñas Blancas. Residentes de Monteverde, junto con biólogos e investigadores, iniciaron una campaña de recaudación de fondos para la compra de tierras para proteger los bosques de Peñas Blancas. Entre el apoyo inicial estaban donaciones de muchos individuos y aportes de World Wildlife Fund en Canadá y los EE.UU. y el programa de canje de deuda por la naturaleza.

Inicia el Programa de Educación Ambiental

La ACM empezó su Programa de Educación Ambiental (PEA) en 1986, trabajando en las escuelas locales y llevando a los niños a excursiones al bosque. La meta era asegurar la supervivencia a largo plazo de los bosques que la ACM estaba comprando para proteger, ayudando a las personas en las comunidades aledañas a entender la importancia de proteger el bosque mientras mejoraba sus propias prácticas de uso del suelo en sus fincas. La ACM continúa sus actividades de Educación Ambiental, tanto en Monteverde como en las comunidades vecinas del BEN en la vertiente atlántica del BEN. Actualmente la ACM cuenta con dos educadoras ambientales quienes trabajan con niños, jóvenes y adultos, tanto en aulas como en giras al bosque, centrándose en temas como el recurso hídrico, la biodiversidad, el cambio climático, la importancia de los humedales y el manejo de desechos (reducir, reutilizar y reciclar).

Reforestación

Desde su inicio en 1986, la ACM ha estado activa en proyectos de reforestación. De hecho, se han sembrado más de 1,6 millones de árboles en las comunidades que rodean el BEN. El proyecto “Bosques en Fincas” en los años 90 trabajó con finqueros locales para sembrar árboles nativos mediante la reforestación o sembrando rompevientos. Este proyecto innovador fue instrumental en restaurar la conectividad entre parches de bosques en la vertiente pacífica del BEN cerca de Monteverde. Hoy en día, esta área forma parte del Corredor Biológico Pájaro Campana. Actualmente, la ACM mantiene un pequeño vivero en Finca Steller (La Tigra de San Carlos) donde se producen unos 3,000 arbolitos por año, representando aproximadamente 20 especies nativas. Estos árboles son sembrados en el mismo BEN, o se venden a vecinos a precio costo para promover la reforestación en propiedades vecinas en la vertiente atlántica del BEN.

Nace el Bosque Eterno de los Niños

En 1987, una bióloga estadounidense que había trabajado en Monteverde, la señora Sharon Kinsman, viajó a Suecia para hablar de las selvas tropicales. La profesora Eha Kern invitó a Kinsman a dar una presentación a los estudiantes de su escuela primaria. Los estudiantes tuvieron la idea de recaudar dinero para salvar los bosques tropicales, y en su primer esfuerzo recaudaron suficiente dinero para comprar seis hectáreas de bosque tropical, en un área colindante con tierras ya compradas por la ACM. Kern y su esposo Bernd (q.e.p.d.) formaron una organización sueca sin fines de lucro, Barnens Regnskog, para recaudar fondos para la campaña de compra de tierra de la ACM. El terreno adquirido fue llamado “Bosque Eterno de los Niños” para reconocer a los esfuerzos de los niños y también en honor a los cuáqueros en Monteverde, quienes habían protegido los bosques de su cuenca como “Bosqueterno” desde su llegada ala zona en el año 1951. Tan pronto como la ACM adquiría terreno, tenía que protegerlo de varias amenazas, incluyendo cacería, tala y precaristas, y la ACM contrató su primer guardabosque en 1987. Actualmente la ACM tiene 5 guardabosques para cubrir más de 22,000 hectáreas.

Compra de tierras

Desde 1986, los miembros de la ACM, junto con biólogos, fotógrafos y vecinos de las comunidades, trabajaron para recaudar fondos para la compra de tierras. Algunos fondos llegaron de organizaciones internacionales y canje de deuda por la naturaleza, pero en su mayoría el dinero que llegó para comprar y proteger el bosque fue resultado de donaciones pequeñas y moderadas de parte de muchas personas. Además, entre 1988 y 1992, Barnens Regnskog recaudó $2 millones para la compra de tierras, incluyendo apoyo del gobierno sueco (SIDA) para apoyar otros proyectos de la ACM. Con los años, también se establecieron organizaciones “hermanas”, incluyendo Children’s Tropical Forests UK (Reino Unido), Kinderregenwald Deutschland eV (Alemania), Nippon Kodomono Jungle (Japón), and Friends of the Rainforest (EEUU). Muchos grupos e individuos, incluyendo niños y adultos, en 44 países del mundo también recaudaron dinero de muchas maneras creativas para ampliar y proteger el BEN.

Protegiendo el BEN

Tan pronto como la ACM adquiría terreno, tenía que protegerlo de varias amenazas, incluyendo cacería, tala y precaristas, y la ACM contrató su primer guardabosque en 1987. Actualmente la ACM tiene 5 guardabosques para cubrir sus 22,600 hectáreas. 

 

Rápidamente se aprendió que la conservación del bosque no se trata solamente de protegerlo de amenazas externas, sino de involucrar a las comunidades, promover la educación, incentivar la regeneración de bosques en las comunidades aledañas. Generar los recursos económicos necesarios para financiar estos programas y el resto de las operaciones de la organización ha sido un reto constante. 

 

La ACM empezó a promover el turismo sostenible desde temprano, y las visitas al bosque se convirtieron no solo en una oportunidad de educación sino también de generar fondos para la conservación de todo el área del BEN. Se desarrollaron proyectos de ecoturismo, tanto en Bajo del Tigre y Finca Steller (en ambos casos, en su inicio bosques jóvenes en proceso de regeneración), como en San Gerardo y Pocosol con la construcción de estaciones de campo en el corazón del BEN. Los ingresos de visitación constituyen una parte importante de los ingresos de la organización, y los visitantes pueden sentirse orgullosos de que, con su visita, están apoyando la conservación de todo el BEN. Además, visitar el BEN es una oportunidad importante para que las personas aprendan sobre y hasta enamorarse del bosque y su gran biodiversidad. Muchas de las personas que visitan el BEN son parte de grupos académicos, tanto de Costa Rica como del extranjero. 

 

En 1997, el inicio del Programa de Pago de Servicios Ambientales (PSA) de parte del gobierno costarricense presentó una forma alternativa de ingresos para la ACM. Los PSA son incentivos económicos que compensan a los dueños de las propiedades por proteger los bosques y sus servicios ecosistémicos. La ACM recibe PSA por medio de contratos con el gobierno de Costa Rica (FONAFIFO) y también con dos empresas hidroeléctricas privadas. La ACM también ayuda a dueños de propiedades vecinas a participar en el programa de PSA, la cual ha sido una forma importante de promover la conservación en propiedades privadas y ayudar a sus dueños a recibir un incentivo económico en reconocimiento de sus importantes acciones de conservación.

 

Además de visitación y los pagos de servicios ambientales, las donaciones forman parte importante de los ingresos de la organización. 

El BEN continúa creciendo

La mayoría de las tierras que hoy en día conforman el BEN se compraron entre 1989 y 1993. Sin embargo, la compra de tierras para su conservación ha sido una prioridad en toda la historia de la organización y como resultado, el BEN ha seguido creciendo, hasta lograr su tamaño actual de aproximadamente 22,600 hectáreas. La compra de nuevas tierras actualmente se enfoca en mejorar la conectividad del BEN con otras áreas protegidas a través de corredores biológicos. El apoyo de muchos grupos e individuos, incluyendo niños, adultos y organizaciones en 44 países del mundo, ha sido fundamental para la recaudación de dinero para la compra y protección de tierras.

Necesidades actuales

Comprar terreno para la conservación es el primer paso. Lograr que el bosque y su biodiversidad sean realmente “eternos” es un trabajo constante, de educación, involucramiento comunitario, control y protección, mantenimiento, administración y mucho más. La ACM ha identificado las siguientes prioridades para donaciones para apoyar las operaciones y el crecimiento de la organización:

  • Fondo patrimonial: Este “fondo eterno” fue creado para recibir e invertir donaciones específicas, para apoyar la conservación del BEN a perpetuidad.
  • Compra y protección de tierra. Donaciones de esta categoría se utilizan de la siguiente manera: 50% compra de tierra; 40% para la protección del bosque y 10% para el fondo patrimonial.
  • Educación ambiental: Para cubrir gastos del Programa de Educación Ambiental para niños, jóvenes y adultos en las comunidades aledañas del BEN.
  • Investigación: El BEN es uno de los laboratorios naturales más increíbles del mundo, pero prácticamente no ha sido estudiado. Donaciones a esta categoría ayudará a promover la investigación en el BEN.
  • Donaciones generales: Para usar donde más se necesita. 

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